El baño de las hadas.

Hace más de 7 veranos Quilting Arts Magazine publicó un desafío de muñecas que coincidió con una operación de mi mamá. 

A esa altura ya sabía de memoria que con una tarea entre manos, el tiempo pasa de otra manera. Así que, aunque no pensaba presentarme al desafío, me pareció perfecta tarea para el sanatorio y me embarqué en la primera muñequita.

No pude parar...

Mucho después de la recuperación, yo seguía llevando mis muñequitas a todos lados. 
Debió ser tentador, porque siempre encontraba alguna amiga que me pidiera enhebrar unas mostacillas, bordar un vestido o ponerle un brazalete a mis hadas.  

Hice diez al hilo y ahí paré.

Estuvieron colgadas en mi living mucho tiempo y "la grasa de las capitales" de las que habla Charly García, las cubrió de hollín. 

Nunca me animé a lavarlas, pero este año en un acto de arrojo, las traje a Uruguay para su primer baño.

Un reparador  jacuzzi de Woolite.

A la soga...

Un ratito de sol del mediodía para un secado rápido...

Prueba superada...

La primogénita

Después vinieron las hermanas respetando alas a lunares y piernas a rayas (Kaffe Fasset presente siempre!)

 El pelo fucsia largó color.

Pero haré de cuenta que el shock de sol, la dejó ardida. :)

Nada como un buen baño!!!