Ayer a la mañana ordené mi equipito de espera, clasificando hilos, cuentas, y tirando restos de hilo que me habían quedado enredados en el fondo.
De nada sirvió tanto orden, porque a la noche, cuando llegué al Centro Médico,
Oh Sorpresa!, me había olvidado de poner la tela del fondo..
Por suerte fui con Víctor (que estas cosas mías ya no lo sorprenden en absoluto) y sólo esperé 10 minutos.
SIN PALABRAS... y
SIN BORDADO...