28 de febrero de 2012

UN CUENTO TEXTIL

Hace rato que no les cuento un cuento...








 Echamos un último vistazo a la casa de Oma en la calle Maple.
La casa está vacía pero todavía huele a sopa de repollo y masa de levadura caliente, limón y vinagre.
“He vivido aquí la mayor parte de mi vida,” dice Oma.
“Eso es mucho tiempo,” digo yo.


 Las cosas especiales de Oma están empacadas y guardadas en nuestro sótano. Son cajas y cajas porque ella nunca tira nada. Conserva las camisas de trabajo del abuelo y sus vestidos de antes. Guarda cintas y encajes, cortinas y colchas.
Oma se para frente a  la ventana de la cocina y mira el patio trasero.
“Emily. Oma. Es hora de irnos,” dice mi madre.
Mientras nos alejamos, Oma sigue mirando hacia atrás.


 Oma se esta mudando al hogar de ancianos de Forest View.
En su nueva habitación, mi madre pregunta, “Qué te parece?”
Oma mira a través de la ventana el rio y los sauces llorones.
“En la calle Maple, no habia mucho para mirar,” dice.
“Pero la Sra. Mostowyk siempre saludaba cuando colgaba su ropa afuera para secar”.

 Caminamos juntas por el edificio.  Hay una gran cocina donde el cocinero prepara las comidas.
Mi madre le dice que ya no tendrá que cocinar.
“Yo amo cocinar,” dice Oma. “El abuelo siempre decía que nadie hace strudel como yo”
“Puedes hacer strudel en nuestra casa,” digo yo.
Oma me sonríe y me da unas palmaditas en el dorso de mi mano.


 Yo creo que Forest View es hermoso. Hay flores por todos lados. Hay un salón para pintar y otro para hacer cerámica. Hay una biblioteca y una gran pizarra de anuncios - y hasta Bowling los Miércoles!
Antes de que terminemos el recorrido, Oma dice que está cansada y quiere recostarse.


 Camino a casa mi madre está muy callada.
“No creo que a Oma le guste estar ahí,” digo yo “Creo que extraña la calle Maple.”
Mi madre está por llorar.
“No te preocupes,” dice.  “Todo va a salir bien.”
Y tal como Oma, mi madre me palmea el dorso de la mano.


 Oma se pasa el día sentada en una silla en una esquina de su habitación. Dice que la comida tiene un sabor curioso. Nadie sabe como hacer strudel y hay habas dos veces por la semana. Dice que no puede dormir de noche en una cama extraña. Y llama al resto de las personas mayores manga de bobos.
“Bobos!”repito y me río.


 En casa, mi madre y yo clasificamos las cosas de Oma.
Vamos a hacer dos pilas. Cosas para conservar y cosas para dar.
“No podemos quedarnos con todo?” pregunto.
“Oh, Emily,” dice mi madre, riendo.
“Eres tan parecida a tu abuela.”
Yo me pruebo ropa antigua y sombreros graciosos 
Le muestro a mi madre una camisa de franela con los puños pintados. Le pertenecía al abuelo.
Mi madre la acaricia suavemente.


 “No puedo imaginarme porqué Oma conservó estas cortinas de cocina,” dice mi madre.
“Quizás, le recuerdan a la calle Maple.” Digo yo, encogiéndome de hombros.
“Mira ésto!” dice mi madre, sosteniendo una manta deshilachada.
“Era tuya cuando eras bebé, Emily.”
Encontramos el vestido que mi madre usó en su primer recital de piano.
Al final del día, sólo teníamos una pila. Cosas para conservar.



Hay una última caja que clasificar. Adentro hay un quilt descolorido.
“Oma hizo este quilt con las remeras del abuelo,” dice mi madre.
“Podriamos hacer un quilt,” sugiero yo, “Usando todas las cosas que Oma amaba de la calle Maple.
“Oh, Emily!” dice mi madre, dándome un abrazo. “Sos una niña tan pero tan inteligente!

 Hemos trabajado con el quilt todos los días por semanas y semanas. Aprendo como cortar parejo y coser derecho.  Las puntas de mis dedos están lastimadas porque me los pincho con la filosa aguja.
“Mira en lo que nos has metido!” dice mi madre
Pero se ríe por primera vez desde que Oma se mudó de la calle Maple.


 Quiero que el quilt sea una sorpresa, pero es difícil guardar el secreto.
Oma sigue quejándose.  Su cuarto es muy fríp de día y muy caluroso de noche. Las flores del pasillo la hacen estornudar. La cancha de Bowling esta torcida y los zapatos alquilados huelen mal.
“No te preocupes, Oma,” yo digo. “Las cosas mejorarán.”
Y le palmeo el dorso de la mano.


 Finalmente, el quilt está terminado.
Contengo el aliento mientras Oma desenvuelve la gran caja, levanta el quilt y lo despliega en su cama. Repasa mis puntadas con la punta de los dedos.
Mi madre ha bordado una casa como la de la calle Maple.  Hay un horno para cocinar pan y hacer strudel, y una ventana con cortinas que miran hacia la casa de la Sra. Mostowyk. Oma saluda.


 Oma me cuenta una historia por cada pedazo de tela que hemos cosido en el quilt.
Se recuerda bailando en su boda, contando el tiempo mientras mi madre tocaba el piano y envolviéndome en una manta el día que nací.
“El quilt es hermoso,” dice “Esta hecho de amor.”


Oma sigue quedándose de los bobos. Pero escuchó que la Sra. Mostowyk se mudaría al mismo edificio.
En el día libre del cocinero, ayuda en la cocina y hace sopa de repollo y strudel.  Hasta se compró sus propios zapatos de Bowling.
Dice que cada vez que extraña la calle Maple, se envuelve en el quilt y se siente en su hogar.





























Colorín Colorado, este cuento ha terminado.

Gracias, Teo (mi hijo menor) por sacar las fotos del libro y hacer la traducción!

24 comentarios:

  1. Hermoso cuento, Es como escribir la biografía de nuestra vida, pero en un quilting...gracias por compartirlo, saludos!!!

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  2. gracias!!!
    hermoso!!
    coser y escuchar cuentos es lo que más me gusta en la vida,
    dos placeres que me transmitió mi madre...
    gracias por el mimo!
    Marita

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  3. Creo que todas tendriamos que hacer un quilt de esos, con retazos de telas que fueron parte de nuestras vidas...un quilt siempre sin terminar :)

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  4. Gracias por compartirlo y felicitaciones a Teo. Hermoso cuento!!
    Cariños,
    Cristina

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  5. Acabo de perder a mi madre , hoy, hace justo un mes. Este año se cumplen 10 años de la pérdida de mi padre y 22 de la perdida de mi abuela... me emocioné hasta las lágrimas con este cuento y me inspira para no seguir perdiendo. Tengo ropa de los tres y con ella voy a intentar hacer aunque sea una colchita quilteada. Gracias por compartir este cuento.

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  6. Gracias por contarnos este cuento, quisiera compartirlo con amigas que no cosen porque explica con sencillez la magia de un quilt y los sentimientos de las quilteras. Bello, creo que todos nuestros quilt tienen una historia hermosa y recuerdos del tiempo en los cosimos. GRACIAS

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  7. incognita_artesanias28 de febrero de 2012, 20:06

    Hermosos cuento...gracias Cecilia por compartirlo!

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  8. Si, a sí entiendo yo el patchwork...parte de nosotros, muy bonito gracias por compartir.

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  9. muchas gracias, es hermoso, y gracias al ayudante por su trabajo un beso

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  10. Qué hermosa historia! Muchas gracias por compartirla, me inspiraste para hacer algo con las telas que quedaron en la cómoda de mi abuela, que falleció el año pasado, no son para patch pero algo voy a inventar.
    Gracias a tu hijo por su colaboración, besos para los dos!

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  11. La verdad , me hubiese gustado que la Oma volviese a la casa a vivir con su hija yu su nieta.QUe su estadia en el hogar hubiese sido para poder sacar algunas cosas,me dio tristeza.

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  12. Muy emocionante. Es hermoso que haya gente que siga apostando a los recuerdos, a las cosas que traen esos recuerdos, esas emociones de la que el mundo les cuesta hablar. Me encantó. Gracias a vos y a tu hijo!!!!!!!!!!

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  13. Gracias Ceci y Teo por compartir ese hermoso cuento... cuanto hay en cada pedacito de tela cosida con cariño, es la historia de los quilts que pasa de generacion en generacion, besotes enormes a los dos

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  14. Está precioso este cuento y viene perfecto para nuestras aficiones...Un besote linda

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  15. muy triste tener que dejar a nuestros padres en una casa para adultos, en mi tierra casi no es comun afortunadamente, pero lindo lo que le hicieron a la abuela con sus recuerdos.

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  16. muy bello, gracias por compartirlo, cuando llegue mi hija del cole se lo voy a leer!!!un beso!!

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  17. BEllísimo cuento. Las mantas son algo mas que retazos de tela, también son retazos del alma, de la vida misma.

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  18. Hoy mismo me pondré a cortar los vestidos de mi madre,para transformarlos en calidos recuerdos (algún quilt de emociones)Oma,fué mi madrina,una alemana de quien guardo muy lindos recuerdos y los olores de su cocina en invierno,tal cual la cocina de la Oma de este cuento,cuestión cultural o generacional,indudablemente y yó dandolé riendas sueltas a mis sentimientos muchas veces trato de imitar esas cocinas en su gastronomia y en sus labores.....Muchas gracias Cecilia y Teo por hacerme sentir un poquito dentro de este cuento y así volver a mi infancia y adolescencia.

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  19. Un cuento precioso, muchas gracias por compartirlo! Un abrazo, Silvia

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  20. Muchas gracias Ceci y gracias tambièn a Teo por compartirnos este cuento tan bonito y conmovedor...

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  21. Gracias por este hermoso cuento.

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