RAYOS Y CENTELLAS! DÍA 1.

Tengo paciencia para muchas cosas, pero las salas de espera me superan. Desde siempre.
Mi límite son 20', pasados los cuales, se apodera de mí un estado de ánimo que describo así:

• Me enoja
• Me pone de mal humor
• Me indigna
• Me saca de quicio
• Me saltan los fusibles
• Me pone del cráneo
• Me vuela la peluca
• Me salta la cadena 
• Y todas las expresiones que me quieran aportar.

No soporto que se disponga de mi tiempo sin consensuar.

Ayer empecé un tratamiento de radioterapia al que tendré que concurrir de lunes a viernes hasta completar 37 sesiones (es mucho no?) y me dijeron que las esperas podían ser interminables... (justo para mí)


Sabiendo ésto y después de mucho berrear por toda la situación (no sólo la espera, obviamente) decidí convertir la posible amansadora en una experiencia creativa.


Me armé entonces, mi equipo de espera con unos cuantos cuadrados de distintas telas, algunos círculos, botones, mostacillas, cuentas e hilos de bordar.
Hasta acá, no hay nada novedoso.

Lo distinto?

Me puse una consigna: Hacer un bloque por día que empiezo cuando llego al Centro Médico y lo doy por terminado cuando digan : "Sra. KOPPMANN, puede pasar"


Si la espera es larga, el bloque quedará muy bordado. 
Si es corta, quizás me quede a mitad de camino o sólo llegue a numerarlo.

Quede como quede, tendré que aguantar la tentación de completarlo al llegar a casa.

DIA 1: fui preparada mental y "costurísticamente" para esperar un siglo.
Fueron sólo 10 minuto.
 

Cualquier similitud con una mama, no es pura coincidencia.

Todo en la vida sirve como aprendizaje. O no.
A mí me gusta que así sea.

Quizás después de ésto, aprenda a ser más paciente o mejor "paciente" o quizás aprenda a bordar o todo.